lunes, 23 de marzo de 2009
Reseña en la Biblioteca Imaginaria
Conocí a Eduard en 2008, cuando Codex 10 aún no era la realidad que es hoy. En esta entrevista-reseña añadiré los comentarios de otros autores que también pudieron leer la obra o partes de la obra antes de que encontrara la comprensión, inteligente, de Blanca Rosa de Roca Editorial.
Eduard es un trabajador incansable, que durante muchos años de vida laboral se dedicó a la investigación criminal en
En la mesa de al lado tres mujeres conversan sobre la primera ecografía de una de ellas. Bromeamos con el hecho de que tanto ella como Eduard van a tener un “hijo”, y surge la primera pregunta: ¿por qué en castellano? ¿Por qué escribir sobre la policía catalana en otra lengua?
Eduard Pascual contesta: “Escribo tanto en catalán como en castellano, pero literariamente respeto mucho la dificultad que conlleva hacerlo bien. Respeto y defiendo la lengua donde sea, pero no quería que esto fuera una cuestión de política lingüística. No me siento con la calidad necesaria para escribir en catalán lo que escribo en castellano”.
Estoy de acuerdo con Eduard y ambos valoramos el trabajo de los traductores. Pasamos a la referencia inevitable a Paco Camarasa.
Eduard responde que: “el género negro no es el género negro sin hablar de Paco Camarasa, quien es una de las máximas autoridades en España e internacionalmente, además de ser librero, comisario de
Comentamos “Julia”. Fue galardonado en el V concurso de cuentos de
Eduard señala que “es cien por cien ficción, pero puede suceder en cualquier momento”.
En “Jubilación de un mecánico” la investigación en torno al asesinato presenta a los protagonistas principales, y el modo de trabajar en
Eduard recalca que en dicha narración quiere “explicar la unidad desde la escala más básica, el agente”.
De “Jubilación de un mecànico” el escritor Fernando Marías comenta: “¿Cómo definir ese género a medio camino entre el relato largo y la novela muy corta donde el lector conoce las enigmáticas circunstancias, aparentemente inexplicables o incluso inverosímiles, de un asesinato, y avanza con el investigador hasta descubrir el misterio? Es un género clásico, hoy lamentablemente olvidado, que carece de nombre propio. A mí me gusta decir que nos lleva a la primera juventud, cuando leer no era buscar literatura altísima, sino desentrañar apasionadamente, página a página, una trama oculta. Este género glorioso sin nombre lo practicaron Poe, Conan Doyle y Woolrich, entre otros. Y para mí, que siempre busco puertas nuevas hacia aquella vieja juventud, ha sido un placer inesperado comprobar, gracias a Jubilación de un mecánico, que hoy y aquí también cultiva ese género Eduard Pascual.”
Para el escritor José Luis Muñoz éste es un: “magnífico relato. Eduard transforma en pieza literaria la resolución de un crimen. Realismo en los procedimientos policiales, costumbrismo en la descripción de personajes y ambientes y una maravillosa factura atrapan al lector y lo meten en los entresijos de la investigación.”
Hablamos con Eduard de “
El escritor Julián Sánchez Camarazana alaba la construcción de “
Continuamos con Eduard y “El día de los inocentes”, donde el agente Quim Lloveras lucha contra todo sentimiento para poder desentrañar la muerte, aparentemente natural, de un niño de tres años en el hospital comarcal de Figueras. La narración se inspira en el caso de Nieves Rodríguez Domínguez, la joven de 21 años que el 28 diciembre de 1997 asesinó a su hijo, ingresado en el hospital, habiendo asesinado ya a otro hijo cuando vivía en Galicia. Eduard comenta que este caso fue descrito por Claudia Pujol en Diario de un forense, y que él no ha tratado de basarse en algo, ha intentado ser “lo más infiel a la realidad para contar lo más cierto que hay en ella”.
De “El día de los inocentes”, la periodista de “El Punt”, Tura Soler, comenta que: “el mito de Medea, la madre que mata a sus hijos para intentar recuperar a su marido infiel, se hizo realidad en Figueres. Un mosso con buen olfato policial y mejor condición humana descubrió el secreto de la madre homicida. El don del autor por la narración nos concede el privilegio de entrar en la piel y la mente de unos personajes reales como la vida y dignos de entrar en el campo de la mitología”.
En “El alienado” Figueras está siendo saqueada por un peculiar ratero que no puede rendirse a su depravado instinto. Para el cabo Flores es un caso más en la larga lista de delincuentes de la ciudad, pero para la cúpula policial es un caso que hay que resolver de inmediato. Se inspira en el caso del ladrón que en 2002 saqueaba los tendederos de Figueras y se llevaba como preciado botín para sus intereses fetichistas las bragas de las mujeres.
Eduard revela que la narración trata del “por qué a veces hay casos a los que no se presta suficientemente atención, del cómo piensa alguien que no está bien de la cabeza, de un caso que puede hacer reír y que no quiere nadie, pero que debe ser solucionado. Lo que llamaríamos una patata caliente”.
De “El alienado”, el escritor Raúl Argemí destaca que: “esta historia, que nos recuerda con ironía lo mal que hace la televisión y lo infelices que pueden ser algunos seres humanos, esclavos de sus compulsiones, resume un axioma tan contundente como los puños de Casius Clay: algunas profesiones necesitan del humor, porque mirar sin esas gafas el costado más feo de la gente puede amargarle la vida a un santo.”
Hablamos con Eduard de la narración “Amor policial”, que muestra que el amor nace en cualquier lugar, incluso en medio de una investigación por agresión sexual. Eduard apunta que “une el extremo de la agresión sexual con el enamoramiento. Trata de personas, situaciones, sentimientos que exploran a quien hay dentro del uniforme”.
De “Amor policial”, la escritora Rosa Montero ha comentado que es un “cuento que te hace sentir la impotencia y el miedo de la víctima atrapada” y que es “estupenda la escena del violador al otro lado de la puerta”.
El séptimo caso, “el necrófago”, se inspira en el caso de unos chicos que profanaron una tumba, hicieron caldo con los huesos de la difunta y se lo bebieron. Eduard apunta que incluso “Iker Jiménez lo recogió en sus programas televisivos. El hecho es claro y concreto. La trazabilidad del producto llevó en la realidad más lejos que en la ficción. La trazabilidad permite seguir el producto por el código de barras, el lote, a dónde fue a parar, el distribuidor, los detallistas, y determinar la tienda donde pudo venderse. Sin embargo, la narración se sustenta en lo que somos capaces de llegar a hacer las personas en grupo, los preparativos, el acto, y en el hecho que un crimen pueda quedar impune. A veces el trabajo policial lleva a una vía muerta”.
De “El necrófago”, el escritor Amir Valle destaca que “el humor, ese que nos salva de ser totalmente bestias, es lo más notable en este cuento, y la limpieza de la prosa, y la buena construcción de los personajes... todo lo cual rompe la idea que muchos tenemos sobre la brutalidad de los policías y nos muestra, en este caso, que Eduard sabe contar, y bien, las historias.”
Por su parte, el escritor José Carlos Somoza destaca los personajes creíbles y la trama bien construida, “las narraciones de Eduard Pascual demuestran que es posible escribir lo que hasta hace muy poco nunca se escribía en España".
El octavo caso, “Arte gitano”, se inspira en el robo de unas pinturas de Maria Blanchard, valoradas en un montón de millones, que viajaban en camión con una carga de camisas, que era el objetivo de los ladrones que saquearon el trailer, en una de las paradas durante la ruta. En la narración el cabo Flores debe utilizar los contactos dentro de la comunidad gitana de Figueras. Eduard intenta mostrar cómo “por ahorrarse el precio de un transporte especial unas obras de valor incalculable acaban en manos de personas que no les dan ningún valor, y cómo se desarrolla una investigación criminal donde no se investiga nada, y todo se resuelve por un confidente”.
De “Arte gitano” el escritor Carlos Salem dice que: “siempre he pensado que la intriga no es lo más importante en un relato de intriga, sino la humanidad de los personajes. Y en Arte Gitano destaca esa difícil empatía que Eduard logra provocar con la figura y la actitud de Flores; su indecisión sentimental que contrasta con la ausencia de dudas a la hora de actuar como policía, y la visión de la ley desde ambos lados de una línea que -Flores lo sabe- no siempre está bien definida.”
El noveno caso, “Bandoleros”, es la historia de una banda que asalta los camiones del butano, en carreteras secundarias del Alt Empurdà y ponen en jaque a
De “Bandoleros”, el escritor Andreu Martín señala que “pocas veces la figura del hombre de acción va unida al hombre reflexivo, capaz de narrar y analizar sus actos con serenidad, firmeza y arte. Ésta es una de esas pocas veces”.
Llegamos al último caso, “Carpe diem”, que despide la obra con la presentación de la próxima novela, en la que el cabo Flores se enfrenta a un asesino en serie con una extraña inclinación por la literatura y las nuevas tecnologías. Por ello Eduard recalca que “Carpe diem es una forma de despedir al lector, que podrá seguir los pasos de esta unidad en la novela que ya está escrita”.
De “Carpe diem” comenté, y reitero lo dicho, que en apenas unas pocas páginas, este relato no sólo despide este libro de forma brillante sino que perfila el mundo de un policía con las piezas esenciales que invitan a construir el puzzle de la futura novela de Eduard Pascual.
En resumen, Codex es el indicativo que utilizan los servicios de investigación en el Cuerpo de Mossos d'Esquadra, y 10 son las historias, las miradas, los relatos que nos sumergen en esta novela negra, de casos, ambientada en la comarca del Alt Empurdà.
El sargento Montagut, Monty, y sus investigadores garantizan la seguridad ciudadana y el orden público. Se enfrentan humanamente a los casos criminales: el taller mecànico, los santos inocentes, la violación de Amanda, el necrófago, el pervertido, los bandoleros, o, entre otros, el arte en el barrio gitano del Culubret.
Sentimos vivir a Flores (el Harry Calahan a la catalana), Rovira, Sonia, Quim, Arnau, Yara, Leo, o a la juez Iturdazi. Familiares como el ruido de las tragaperras, el mundo de carne y huesos que huele a realidad, o el aliento de la tramontana que nos roza en medio de la comisaría de Figueras.
Pero con la habilidad que tiene Eduard para el misterio era inevitable preguntar: ¿De qué va? ¿De qué trata la próxima novela? Y el autor nos avanza que: “es una novela totalmente de ficción, en la que interactúan los personajes de la unidad, sin un protagonista claro, en la que todos tienen su protagonismo como en la vida real. En ella un asesino en serie pone en jaque a todo el Cuerpo de Mossos d’Esquadra. ¿Cómo se desarrolla la investigación? ¿Cómo puede un asesino poner en jaque a todo el Cuerpo de Mossos d’Esquadra? ¿Cómo situará Flores a sus hombres para descubrir al asesino? Las respuestas las obtendrás con la lectura de las 300 o 400 páginas que ya esperan edición”.
Puesto que dicha novela está en fase de revisión por el autor, os invito a disfrutar Codex 10, la obra que ya puedes leer, tener entre las manos y cuyos lectores no dejan de aumentar. En ella, la realidad y la ficción nos conducen a los callejones donde se homenajea a uno de los policías más emblemáticos del Cuerpo, el sargento Minobis, quien fue jefe de investigación. Historias, miradas, relatos que nos hacen disfrutar: queremos capturar a los criminales, queremos volver a comenzar, queremos ser parte de Codex 10.
Bienvenido al mundo de carne y huesos, reflejado con tinta, papel y maestría. Bienvenido a la novela que, según Paco Camarasa, “faltaba y que hacía falta en la narrativa negrocriminal en castellano. A un libro que queremos especialmente porque demuestra que a veces los sueños se convierten en realidad”.
¡Bienvenido a Codex 10!
Rubén García Cebollero
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