lunes, 10 de noviembre de 2008

¿...Y dónde dice que sucede la acción en Códex 10?

Códex 10, esa porción de vida negro-criminal en el margen sudoriental de los pirineos. Que limita al norte con la realidad cruda y dura que palpita al borde de la locura, y al sur con la fantástica vida que corre entre sus líneas. Que se somete al este de un mundo onírico, tangencialmente opuesto a la felicidad mundana de un pueblo sobrio y templado, y al oeste de la bravura de un mar mediterráneo adornado de cuerpos al sol.

Figueres, como escenario de la ficción a la que se enfrenta la vida real de 41.115 habitantes. Escogida capital internacional de la cultura catalana para 2009. Puerta de entrada, y punto de parada obligada de viajeros y turistas, y centro neurálgico de la Costa Brava. Capital del Alt Empordà, cuna en la que Narcis Monturiol soñó con viajar por el fondo del mar a bordo de una nave a la que más tarde llamó Ictíneo; Descanso eterno en la que reposa la memoria extravagante del pintor de mundos, Salvador Dalí; también tierra que araña el sentimiento en la garganta de Mónica Naranjo (que suerte la tuya, compañero; yo se lo que me digo. Un beso, que hace ya que no nos vemos...).

En fin, en esta tierra tan internacional se desarrolla esta novela, donde policías, víctimas y también delincuentes -porque no- resultan protagonistas de ese espacio comprendido entre la imaginación de este, suyo, escritor y ese fino límite entre la realidad y la ficción.

Volad ahora por el espació hasta la comisaría de Figueres, en la que los personajes de mentira se enfrentan a crímenes de verdad.

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